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Barro a Secas: Tupiza

Wednesday, March 22, 2006

Tupiza

La primera impresión que uno se lleva al entrar a Bolivia por el puesto fronterizo de La Quiaca-Villazón (a Villazón la llaman la Tijuana boliviana) es mala, exótica, pero mala, impactante como fotografía de Sebastiao Salgado.

Hordas, hablo de hordas de cholos y cholas que atraviesan la frontera para cargarse a la espalda sacos de arina y cereales, sacos pesados, se nota. Y luego giran y vuelven cargados como hormigas, exactamente como hormigas de vuelta a Bolivia. Le pregunto al oficial argentino de aduanas y me dice que es una ayudita que se les da, que les pagan a cada uno por ser burritos de carga, que sí che, un camión podria llevar todo más rapido, pero esta gente necesita el dinero.

Ingreso a Bolivia sin problemas, no parece difícil y no me miraron feo por ser chileno. Aunque luego me entero los buses a Tupiza parten en 3 horas más, son 3 horas sin nada que hacer en Villazón. Desazón.

Tupiza es una de las mecas del turismo boliviano, Bolivia está muy de moda en Europa y me comenta que junto con China y Mongolia es uno de los destinos más top que hay. En Tupiza estuvieron Butch Cassidy y el Sundance Kid, está rodeada de cerros rojos y quebradas de colores, y niñas que te acosan apenas sales de la estación con ofertas de tures y alojamiento. Esto no es Argentina, no hay un pasado rico ni riqueza acumulada. Aunque según dice la Lonely Planet, Potosí fue en elsiglo XVI la ciudad más rica y la más poblada del mundo.

Habrá que ver.

Al día siguiente, parto al Cañón, una de las quebradas famosas, cuando pedi el mapa de las quebradas me dijeron que la ruta que yo quería hacer era imposible, muy larga. Pero no estoy para imposibles.

20 kilómetros y 5 horas después, resulta que si se podía.

Tupiza es alucinante. O sea, es que no hay nadie, una ruta siguiendo lechos de ríos y paredes estrechas, todo rojo, sin rayados, sin botellas rotas, alucinante. Sin cruzarme con una sola persona en todo el trayecto. Encima de un cerro a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar, veo que se aproxima una tormenta. No queda otra que descender entre cactos y espinos, esperando que el cielo no se me venga encima todavía. Hasta que llego al famoso Valle de los Machos, también llamado Valle de los Penes. Las formaciones geológicas dan para mucho.

Cuando regreso a Tupiza las calles están convertidas en ríos. Me topo con Silvia, una boliviana que me había perseguido al llegar con folletos de alojamiento. Me dice que llovió fuertísimo y que era una locura haber ido a la montaña este día. Pero mi buena etoile me acompaña, yo salí con polera y pantalones cortos, y apenas me cayeron unas cuantas gotas. Las botas sí, todas embarradas, pero más que nada por el camino de vuelta a la ciudad siguiendo la línea del tren, en la más "Stand by me".

Uf, y después nada me saca de la cama, hasta que el hambre se hace ineludible y salgo a la calle. Ruido de tambores marciales, una multitud en la plaza, me acerco a ver que pasa, le pregunto a un boliviano con las mechas paradas, qué se celebra.

- El día del mar

- (Ups)

Y si, frente a mi desfilan al ritmo del himno nacional boliviano todos los niños de Tupiza, portando lamparitas de colores, vestidos de soldados de la guerra del pacífico (traje y gorra rojos), frente a los retratos de Bolívar y Sucre, y las autoridades de la ciudad, los militares con su uniforme militar y el alcalde con su uniforme de Evo Morales (casaca azul y camisa abierta sin corbata).

It gets scarier, desfilan todos los estamentos de la sociedad, militares y civiles y lanzallamas y petardos en la plaza y fuegos artificiales en el cielo. Carros alegóricos con un mapa de Bolivia con el "litoral recuperado", tropas camufladas con la cara pintada de negro, carros de policia con las balizas encendidas, ambulancias, y un barco gigante hecho de cartón piedra.

Ser chileno en el día del mar en Bolivia, me recorre un escalofrío. Niños sosteniendo fusiles, simplemente no está bien. El dia del mar, que lo vengan a celebrar a Chile, 50% de descuento si eres boliviano. Pero ya sería hora de dejar la historia en el pasado.

Ultimo carro del desfile: Un lienzo que dice "Boliva jamás renunciará a....." No tiene caso, no puedo ver nada entre tantas trenzas y gorritos de Chaplin. Pero me imagino el resto.

Oh my god, I can't believe I'm this away from home.

Y al mismo tiempo, estoy igual cerca. La compañía de teléfonos de Tupiza es Entel, y en este cybercafé a 3 bolivianos la hora, suena Kudai.

4 Comments:

Blogger Julius said...

Qué imágenes más fuertes esos niños armados y tanta parafernalia naval! Espero que andes con cámara y compartas luego las fotos. Además, me muero por verte con pantalones cortos y...botas?
weird...

Abrazos!

JUL.

6:33 AM  
Blogger Kristian said...

wau!! ke relato mas clarificador, es solo cosa de leer e imaginar... bien
pero ke fuerte leer esa realidad.como dijo julius esperare ver fotografias.

adios

10:45 AM  
Blogger Huracan said...

¿se enteraron por alla que estamos en el siglo 21?
Vas a tener que hacerte pasar por argentino, no queremos que termines colgado en la plaza...
Igual tienen un pais curiosamente lindo, gente interesante, pero que lastima que les sigan inculcando el odio a Chile. Se va a hacer mas dificil la solucion por las enormes desconfianzas mutuas que eso genera

4:00 PM  
Anonymous Anonymous said...

No pueeess, no entendió nada sobre el desfile del 23 de MARzo, los niños reivindican la guerra impuesta por transnacionales en tre BOlivi y Chile, pero no estan armados, son palos recortados en forma de mauser...Huracan no jodas!..no hay ningun odio a chile, son bienvenidos todos. y nada de imagenes fuertes....sabian que hay varias familais chilenas viviendo en Tupiza?...ninguno tuvo problemas, es mas son dirigentes de instituciones inclusive...creoque deben darse una vuelta por acá y dejarse de boberías.
Chau

1:31 PM  

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