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Barro a Secas: Humahuaca

Monday, March 20, 2006

Humahuaca

No se entiende lo que es la selva hasta que se ven los cables de la luz en Jujuy, cubiertos de musgo, que parecen boas peludas. Los palos borrachos de Salta dan pronto paso a los cactos gigantes mientras el bus Balut se dirige al norte, estoy en pleno trópico de Capricornio, a la altura de Calama, estoy en Humahuaca, y me da risa cada vez que pronuncio el nombre. Humahuaca, Humahuaca.

De no ser porque los quechuas tienen sus rasgos tan peculiares, uno podría confundirse. Y es que acá los turistas son los que andan vestidos de aborígenes, con chalas, pantalones de tela a rayas, gorros con llamas, el look clásico artesa. Los quechuas humahuaqueños en cambio, puras poleras de los RollingStones y los Piojos.

Humahuaca es el nombre de una quebrada patrimonio de la humanidad. La vista a todo lo largo de ella es de las que te dejan lelo, sin palabras, sintiéndote diminuto, con el vidrio entero empañado salvo por la marca de los labios y la nariz pegados a la ventana.

Colores, rocas, quien fuera geólogo! las fotos, por asombrosas, no le hacen justicia. Y cada pueblito tiene su atractivo particular, en Purmamarca visito el Cerro de los siete colores y canto la canción de Angel la niña de las flores, además detrás del pueblo hay unos cerros rojos que parecen parientes de la Ayers Rock en Australia y donde canto Life in Mars de David Bowie.

Luego está Tilcara, con un pucará reconstruido y un parque botánico de cactáceas. Un sueco parecido a Brad Pitt anda dando vueltas y despertando comentarios entre las tortolitas cuyanas, le convido de mis galletas de quínoa, pero eso es todo.

Humahuaca, con un cielo estrellado que se ve glorioso desde un monumento indígena de 1946, la época de Perón. Que país más rico que era este!, me intimida regresar a Chile y encontrar a nuestros propios quechuas mal atendidos. Estos parecen estar muy bien. Y corren la voz que Manu Chao da un concierto en Jujuy, pero yo voy rumbo al norte, retroceder nunca.

En Humahuaca a las doce del día suenan las campanas y una figurita de un santo hace la ronda igual que en Munich o en Praga. Y ceno un plato de carne de llama a la pimienta, con papas asadas. Estoy adquiriendo un tono tostado espectacular. Pero los quechuas no me parecen muy atractivos, que si no me quedaba.

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