dos cero cero seis

Que espanto, un año más.

No tengo claras mis resoluciones, es decir, que las tengo más que claras, pero me aterran.

Necesito partir el 2006 de una manera distinta, más jugada. Porque tengo que ser más jugado. Yo, cuando me la juego, por lo general gano.

Así que dije no a la cena familiar y a los fuegos del Cerro Calán y a las lentejas de la nonna. Compré un pasaje y a las 19:00 me fui a Valparaíso.

Una vecina estaba en el paradero, la mamá de una compañera de colegio. Positiva ella. Me decía que no iba a llegar ni cagando al bus, que si llegaba al bus lo más seguro es que hubiera un taco en la carretera, y si aún así llegaba a Valpo, que no iba a conseguir un buen lugar para ver los fuegos, porque estaban todos tomados.

Por suerte no le creí, pero igual me tuvo urgido hasta que por fin me senté en el asiento 16 del Tur Bus del andén 9 en la Estación Alameda.

Asiento de pasillo. Quien será mi vecino o vecina? me preguntaba eso cuando vi a un chico guapo con polera de Spiderman acercarse con una bolsa al bus. No, no puede ser. Si que lo era. Me pidió permiso y se sentó a mi lado. Yo, ni corto ni perezoso le pregunté alguna tontera, que cuando había comprado el pasaje, sí, creo que eso fue.

- Huh?

Eso se llama suerte, el tipo de suerte que hace que me den ganas de escribir en tercera persona: Barro es un tipo con suerte.

Porque mi vecino era extranjero, israelí, mochileando por el cono sur, le gustan los fuegos artificiales y se le ocurrió ir a Valparaíso a verlos, sin plan, sin mapa, sin reservas.

Nos hicimos amigos instantáneos, la inquietud que me producía este arranque de espontaneidad de ir al Puerto a celebrar el año nuevo solo, sin nada programado, se disipó. Al menos ya tenía a quien darle el abrazo.

Hubo contratiempos? casi que no los recuerdo. Valparaíso estaba llena de gente pero de alguna manera llegamos al ascensor Concepción y por ahí al paseo Atkinson y al Gervasoni, donde no había mucha gente, pero la vista de la bahía queda un poco bloqueada por algunas torres sin gracia.

Desde un segundo piso una niñita rubia nos arrojó una tira de paletas de caramelo que se pulverizaron al chocar contra el suelo. Le pregunté a la niñita (que me pareció un clon de Dakota Fanning) si se los arrojaba de vuelta.Me dijo que no, que eran un regalo para nosotros. Era una niñita muy dulce.

Y al cabo seguimos caminando, Eran y yo, hasta que llegamos al Paseo Yugoslavo, donde era evidente que estaba toda la acción. Demasiada gente, pero así y todo conseguimos ubicarnos en una excelente posición, junto a Mónica, una porteña que nos convidó champaña, canapés de camarones, cerezas y ron.

O sea, no es que los dos fuéramos tan encantadores (que lo éramos). Digamos que la amiga Mónica era generosa y que a veces las cosas se dan así, increíbles. El alcohol ayuda. Los fuegos estuvieron espectaculares, y el abrazo que me dio Eran también. Eran, por si acaso, no era gay. Pero al cabo eso es un detalle.

Y yo no soy judío, pero vaya que cuesta no creerse parte del grupo de los elegidos cuando a continuación veo aparecer a Ricardo y Maca y la fiesta continúa en la casa de un poeta donde se están quedando, y más ron y más gente simpática, las amigas de la Maca que celebran al amigo de Tel Aviv y nos presentan al amigo Lucca de Salerno, que hizo el trailer de "Paradise Now" y vaya que Julita Astaburuaga podría estar orgullosa de mí a veces, tan culto y sociable que soy.

Lo que no quita que me llegue reto después, cuando le comento a la Maca "Ahí pasaron Paulina Urrutia con Augusto Góngora". ¡Barro!, hasta cuando te importa la gente famosa, vamos, supéralo"

En la eterna escalera a Cerro Alegre un tipo con una trompeta se pone a tocar Mami que será lo que quiere el negro, y Valparaíso es carnaval. Casino, le pregunto a Lucca si Nápoles es así, me dice que me olvidé de Nápoles, que allá es invierno, y que en este momento no hay mejor lugar para pasar esta noche que Valparaíso. Yo le encuentro razón.

Se suman unos alemanes al grupo, hablamos de Fatih Akin y Daniel Brühl y la pseudoizquierda chilena y lo rico que es andar en Bici en Berlin y el pan alemán y luego Jennifer de Berlín me da su e-mail y me pregunta mi nombre y ella se ríe, porque mi nombre es mucho más alemán que el suyo.

Entramos a una fiesta, suena The Bravery. Es el esqueleto de una casa, con ampolletas de colores que cuelgan de las vigas y socavones con tubos halógenos en el suelo . Esta bien, pero queremos más y con Eran partimos al Pagano. Yo un poco dudoso de llevar a un israelí straight a un sitio como ese, yo no lo conocía, pero me habían hablado mucho de él. Pero si a Ricardo y Maca les gustó, le gustará a él. Ya en el bus le había dicho que yo era gay.

- But this place [Pagano], is it gay or gay friendly?
- It's...errr.. I think it's gay friendly, but then it logically evolves into gay only, you know what I mean?

Filo, la música estaba buena en el Pagano. Spice Girls y Miranda en el primer piso y Depeche y Chemical Bros en el subsuelo. Habían chicas, una de hecho bailó un poco conmigo antes de excusarse ("es que estoy con mi polola"). Mucho muy caliente, demasiado repleto, todo pasando igual. En un punto nos extraviamos, Eran y yo. En un punto él salió y luego yo salí y al volver ya no estaba y en un punto amaneció y tomé un bus pero de puro cansado cerré los ojos y desperté en Viña y compré un pasaje y las piernas no me daban, pero igual hice el cambio al metro y tomé otra micro y llegué a casa. Y me arrojé a la cama y en algún intervalo almorcé culengues y unas sandías enanas con pepas diminutas.

Comenzó el año. Que será de mi este año? Me llegan saludos de Lieja, Paris y Curaçao, de Honduras y Rancagua.

Puro amor.

Y llamo al hostal de Eran, nunca intercambiamos e-mail o teléfono. mi buena estrella continúa, Eran está ahí y quedamos en vernos mañana.

Entre medio de todo esto, la noticia de que Guirigayero fue secuestrado me dio un poco bastante lo mismo.

Un año más.

Y si lo pienso, tampoco es como para espantarse.