Dirty Sánchez

Si hay algo que sé bien es como caminar por Santiago como si esta fuese una ciudad pensada para el peatón. Llevo a Eran por calles donde el sol no pega muy fuerte y el tráfico es menor, Lastarria, Ismael Valdés, varias galerías hasta que llegamos al café Brown donde corre una brisa agradable y nos tomamos un rico café helado al lado de Marcelo Trivelli. Eran me dice que le encanta esta ciudad, que se siente en Europa, o en su barrio favorito de Tel Aviv, que es mejor que Buenos Aires.

Ya antes le recomendé que almorzase en el Akarana y le mostré el barrio El Golf, pasamos mucho tiempo metidos en El Mundo del Vino, principalmente por el aire acondicionado.

Como lo haces, me pregunta Eran, si compartes pieza con tu hermano, como lo haces para tener sexo?

La pregunta me enorgullece, porque implica que Eran piensa que yo soy un chico que tiene sexo o que merece tener sexo a intervalos regulares. Lo cierto es que soy muy gentil con él, estode no tener pololo siempre ha hecho que con los extranjeros yo sea un encanto, porque no exigen nada a cambio, no hay tensión, luego se van y no pierdo nada, más bien gano un amigo.

Le digo que en la mayoría de los casos tengo sexo con gente que tiene su propio lugar. Padre me prohibió hace años llevar gays a la casa, los que han ido han sido amigos de mi hermana, pero tampoco vienen muy seguido.

No le cuento que en Valparaíso salí del Pagano con un chico de torax poderoso y que caminamos por los cerros hasta encontrar un callejón. Tenía la boca grande y jugosa así que le pedí que me diera una mamada, a lo que accedió. Después me pidió que lo punteara y como eso le daba mucho placer le metí un dedo en el culo. El dedo salió cubierto de inmundicia y tuve que limpiarlo en la pared, no quedaba otra. Podría haber escrito alguna palabra de mierda, pero no se me ocurrió cuál. Le dije que prefería volver solo, me dijo que yo era un enrollado, bajé el cerro avergonzado y asqueado, con ganas de encontrar un baño y agotar el jabón líquido, con ganas de encontrar a mi amigo Eran, esperando que no se hubiera ido sin mí. Pensando en lo lindas que son las relaciones limpias.

En "Maurice", la novela de E. M. Forster sobre la homosexualidad, el pololo de Maurice lo abandona tras no soportar un episodio de diarrea. no es una metáfora, pero funciona como tal.

Lo cierto es que no siempre el sexo anal implica enmierdarse. Hay culos de los que uno sale limpio y da gusto, como da gusto besar un culo limpio, lamer un ano impecable. Para eso es esencial una buena alimentación, mucha fibra. Hay que cuidarse el recto, para que no duela al cagar y para todo efecto. El sexo anal está muy bien si uno es limpio, come bien y usa lubricante.

Eran dice que con las mujeres es lo mismo, el lubricante es esencial a la hora de sodomizar a una mujer. Y no todas las vaginas producen la misma cantidad de fluido. Da gusto hablar así de estos temas.

O hablar del muro que rodea a las poblaciones palestinas en Israel. Le alego a Eran que tras la caída del muro de Berlín, esa política divisionista parece una aberración. Eran, que me cuenta una compañera de piso que tuvo murió en un atentado suicida en la cafetería donde acababa de entrar a trabajar, me dice que él opina que el muro está bien. Es Tierra Santa, y el muro es feo, pero la vida es más santa que la tierra y desde que se construyó el muro han habido muchas menos muertes. Además, el muro es evidencia de que hay territorios palestinos propios, por eso fue siempre votado en contra por la derecha, que no quería reconocerle a los palestinos derecho sobre ninguna tierra. Yo eso no lo sabía.

Vamos al Teatro Municipal, compramos entradas para "Gemelos", de la Troppa, o la casi Troppa, porque un integrante se fue. Todo el tiempo me pregunto para donde va la obra, hasta que al final, que es brusco y sobrecogedor, todo queda claro. Aplaudimos varias rondas. Eran me dice que entendió todo, porque había leído el libro cuando era niño. Google me dice ahora que se trata de "El gran cuaderno", de la húngara Agata Kristof.

Nos despedimos en el metro, de manera abrupta también. Eran me desea que encuentre trabajo, que pueda viajar de nuevo a Europa.

Ha sido un día perfecto, no sé por qué vuelvo a casa un poco triste.