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Barro a Secas: El futuro...puedes olerlo?

Sunday, April 16, 2006

El futuro...puedes olerlo?

(o como descifrar signos sin ser sabio competente)



Desde la mesa de la cocina, apoyados en una bandeja circular como todo en este mundo, me observan impertérritos los granos de uva más espléndidos que haya visto nunca en mi vida.

Son tan pero tan grandes, que mi hermano dice parecen cantimploras.

Cojo con los dedos al primero entre sus pares y con los dientes lo divido, es dulce. Algo me detiene en la cocina y me susurra que estos serán los granos de uva más grandes y sabrosos que comeré en toda mi vida.

Es un domingo de Pascua de esos ominosos, en que cada rincón de la casa parece esconder un huevito relleno con trozos de tu destino. Me siento en el sillón reclinable del living y contemplo sorprendido la procesión de partículas de polvo que se deslizan por la habitación iluminados por el sol de la tarde. La belleza de su sencilla danza me hipnotiza.

En cualquier momento estas partículas de polvo se pondrán de acuerdo y por un nanosegundo formarán la imagen exacta de la vía láctea, o de la ciudad de Santiago a medianoche, vista desde los cerros.

El silencio, un silencio azumagado de posibilidades, me acribilla uno por uno los miembros motores de mi voluntad acalambrada hasta que caigo dormido.

El futuro...tiene sonido? Puedes oir el swoosh! de la guadaña de la Parca o el aletear de la cigüeña? Hay alguna nota recóndita que indignada desafine en la armonía del universo cuando tomas una mala decisión, cuando cometes un pecado? Puedes oirla?

Yo me sugestiono y pienso que escucho cada vez más cerca un ruido de cascos sobre el pavimento, el chirriar de puertas que se cierran tras de mí, un temblor de tierra. Algo va a cambiar pronto, la situación se ha hecho insostenible. Aunque se me erizen de incertidumbre los vellos de la nuca. Saltaré con gracia o me daré un guatazo, pero esto ya toca a su fin.

Es un día distinto de la semana. Tomo la 237 y me bajo en Miguel Claro (pariente de Ricardo Claro?), me dirijo al consulado italiano a solicitar mi pasaporte. Lo necesito, más que nada, como amuleto.

Un grupo de gente variopinta se agolpa a la entrada, nos entregan números impresos en papel y nos van llamando de a tres cada vez. Mi turno llega junto a una viejita rubia que viene a buscar su pensión y a un joven de mi edad con pinta de modelo/futbolista.

El modelo/futbolista viene a renovar su pasaporte, le preguntan datos que pueden haber sido modificados en fecha reciente, su dirección, teléfono, estatura. "Mido un metro setenta y seis", dice, y me sorprendo, porque no es más alto que yo y yo siempre he creido medir 1.74 , me hago el propósito firme de decir cuando me pregunten que tengo 1.77.

Pero no será este día, como puedo ver en una hoja del diario mural, las fotos que he traido no sirven. La foto de pasaporte debe ser un close-up al rostro, con sólo el borde de los hombros visible. La foto que traigo alcanza a hacer alarde de la ausencia de corbata. Mejor, si al cabo tampoco me gustaba como me veía.

Sin nada más que hacer, y por no perder el tiempo, le pregunto a una muchacha morena de rostro angulado que espera en una silla cuáles son los requisitos para que me den el pasaporte. Estoy consciente de estar siendo coqueto, pero no lo puedo resistir. La muchacha me responde y yo replico con algún comentario ingenioso pero trivial, que la hace sonreir.

- Quieres irte a Italia? me pregunta
- Podría ser, le respondo. Y tú?

Andrea me cuenta que sí, que piensa postular a una de las becas que entrega su región, me dice que ella es socióloga.

- Y cuál es tu región?
- Mi familia es del sur, de Puglia

Puglia, el taco de la bota. Puglia, la región de Bari, Brindisi, Lecce y Otranto. Puglia, Meryl Streep en "Los Puentes de Madison" interpretaba a una italiana de Puglia, frustrada con sus sueños irrealizados en una granja de Iowa, adonde la llevó su novio militar estadounidense que conoció durante la guerra y con quien es feliz, pero no tanto.

Andrea me despierta de mis reflexiones con una mano que se posa con confianza meridional sobre mi rodilla. -"Y, tú, de qué región eres tú?"

Le respondo que del Piemonte, del norte de Italia. Omito comentar que en el Piemonte surgió en 1861 la Italia unida, omito que es una tierra rica y civilizada, tierra de la rica Nutella y los deliciosos agnolottis. Omito que Torino conserva sus románticos tranvías y acaba de inaugurar una línea del ferrocarril subterráneo para las olimpiadas de invierno. No digo nada de eso, pero no hace falta. Andrea me mira sabiendo que entre Puglia y Piemonte hay algo, o tiene por fuerza (de gravedad?)que haber algo. Se presenta entre nosotros una tensión como la que podría esperarse de una pareja de chilenos que se encuentren en Medio Oriente, siendo uno de Arica y el otro de Punta Arenas.

La miro a Andrea y pienso que me gustaría preñarla y tener con ella muchos hijos.

No es líbido, no es calentura, es el fruto de una infancia viendo "La casita en la pradera", que me despierta el instinto de la familia y la progenie. Andrea tiene el pelo negro y lacio, la tez pálida, los ojos chispeantes. Nuestros hijos serían unos modelos/futbolistas cualesquiera.

Antes de hacer nada estúpido como pedirle el teléfono, me retiro del consulado, ya sé que necesito traer unas fotos más formales.

Y camino entre árboles silenciosos, atravieso avenidas silenciosas con vehículos que aceleran en silencio. Pienso en los granos de uva, tan inflados que parece estuvieran a punto de reventar. Tan grandes que una vez convertidos en pasas nadie podrá comérselos.

El futuro...puedes olerlo? Es un aroma dulzón como el de la lavanda en Provenza o apesta a nitratos pútridos del desierto? Deja un rastro que seguir... el futuro? Se materializa bajo tus pies...? Es una cuerda invisible que alguien te tiende ? Es tuyo? Es de todos? Es de alguien?

El futuro y mi voluntad acalambrada y mi autoestima de porcelana y mis sueños bipolares. El futuro. El apetito. La vida. El miedo. Lo inexorable.

Y yo sé que si algo quiero es estar ahí, donde campean todas esas cosas. Y sonrío porque el plazo final, mi vida tranquila ya tocan a su fin, y me subo a una micro silenciosa para donde sea que me lleve en esta ciudad que se rehúsa a hablarme y que ha dañado mi olfato casi irremediablemente.

3 Comments:

Blogger tuerten said...

“The future's looking colourful, It's the colour of blood, chaos and corruption of a happy soul”. (B&S, The Loneliness Of A Middle-Distance Runner).

Un gusto, de verdad, un gusto la visita.

8:35 PM  
Blogger Raskolnikof said...

Al igual que tú, estoy que corto las güinchas hacia Europa. Necesito referencias. Porfa, contáctate al oblea_12@hotmail.com. Mi nombre es Luis

1:28 PM  
Blogger Julius said...

My dear Barro,

Estás con un arranque de talento literario que llega a dar susto.
No se si te habías dado cuenta.

Como decía Annie Wilkes en Misery: "Soy tu fan múmero uno"

JUL.

PD: Que cool la palabra verificadora que me regaló tu página: "imboandi", me gustaría apellidarme así.

6:48 PM  

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