GPU
Venía en la micro de vuelta de la Blondie. Allá vi el DVD de Los Cardigans ("Live in London"), registro de una actuación en verdad espléndida. Pero no llegó mucha gente y yo estaba solo, cuando terminaron el show cantando "Sabbath bloddy sabbath" ("The most serious song in the history of Rock" según Nina Persson) miré a mi alrededor y había gente pero no vi a nadie. Me gusta la Blondie pero no soy un chico Blondie. Yo es que en verdad mucho no salgo.
Igual esta fue la primera vez en que iba a la Blondie y salía sin compañía. Nunca antes había salido de ahí solo. Ahí conocí a Patricio, mi primer amigo gay. Ahí conocí a Oi.
La fiesta de Los Cardigans iba a ser mi celebración por quedar en la Academia. Y en caso de no quedar, iba a ser mi celebración por no convertirme en un funcionario público y tener la libertad de hacer con mi vida lo que yo quisiera. La libertad, cuantos crímenes se cometen en su nombre, no? Era la una de la mañana, la luna llena, la noche joven y mi crimen consistía en retirarme solo de la disco y tomar la última micro de regreso a casa. Sabado por la noche!, fiesta fiesta, pluma pluma... what a load of crap. A quien engaño. No estaba yo para fiestas. O para ligar o para bailar o para nada de eso.
La micro llegó y me subí con la sensación incómoda de haberme producido para nada.
En frente mío iba sentada una niña, podría tener mi edad, podría tener 18 o 30. Era morena, muy delgada, con el pelo corto y crespo, parecía asustada y se cambió de asiento tres veces antes que el chofer detuviera la máquina y nos dijera a todos "Se me van a la micro de atrás, vale?"
Esta vez se sentó a mi lado y me pude fijar en ella un poco más. Llevaba una bolsa de supermercado atada con un nudo y adentro algo que parecían ropas. La bolsa temblaba. No, era ella, era la dueña de la bolsa la que temblaba. Me despertó compasión, así que le pregunté si estaba bien y si la podía ayudar en algo. Tal vez era de provincia. Le pregunté si acaso sabía bien donde tenía que bajarse.
No tenía voz, tenía un hilo de voz que le chorreaba de los labios y le goteaba en el vestido. Tuve que aproximarme, inclinar la cabeza, poner mi palma tras la oreja y aún así apenas podía entender unas cuantas palabras de las que me decía.
- no tengo ...dormir... miedo
Ok, a buen entendedor... qué podía hacer?, ella estaba que se meaba. Le pregunté si no tenía a nadie conocido que la recibiese esa noche. Me respondió que no y luego continuó hablando con su voz de radio sin pilas, entendí que quería saber donde habían hombres solos. Entendí que me estaba preguntando donde era un buen lugar para prostituirse.
Le dije que de partida, era una noche hermosa y no muy fría, que tal vez necesitara dormir y que podía hacerlo en cualquier parte, en cualquier parque (yo pensando en Paris). Pero ella me miró y me quedó claro que esa noche dormir era lo último que pasaba por su mente. Estaba nerviosa, ansiosa, descolocada. No me dio miedo, me dio piedad. Pero tampoco podía invitarla a mi casa. Pensé en sugerirle que fuera al Hogar de Cristo, pero algo me decía que era de uno de esos centros de acogida precisamente de donde esa noche se había escapado.
- Tranquila, mira. Todo va a estar bien. Este es un buen sector, tranquila que no te va a pasar nada. Aquí no que hay travestis, más allá, más allá nunca he visto a nadie.
Y se bajó en Alcántara sin darme tiempo a decirle nada más. Estaba viviendo su propio infierno, yo habría querido abrirle los ojos a la noche, que objetivamente era bonita y estrellada, hacerle ver que no era el mundo el que la oprimía, que sus enemigos eran internos. Que si se relajara un poco podría ver las cosas de manera distinta. Espero por su bien que ahora ya esté más calmada.
GPU. Gente Peor que Uno. Gente que está Peor que Uno. Nunca me han funcionado como consuelo. No entiendo ese argumento que dice que debe uno alegrarse porque hay gente que está más mal. Tuve ese problema con "Se arrienda". El personaje de Cruz-Coke tiene un conflicto con su padre, hasta que conoce a un chico que tiene una relación mucho peor con el suyo propio y zas! la vida le cambia. Lo discutía con Natalia Núñez, de El Mercurio . "No puede ser, me parece simplista, las cosas no son así, o si no todos seríamos felices viendo las noticias y constatando que a los otros las desgracias les llueven".
Natalia lo entendía así, pero luego leí la crítica de Antonio Martínez a la película y él me dio la razón. El protagonista de "Se arrienda" es afectado por la historia del muchacho no por su dramatismo, sino por su valor metafórico. El que un padre le dispare a su hijo a quemarropa lo hizo pensar que ya no existía el mundo de los proyectos y lealtades comunes, el mundo de los sacrificios por un ideal. Le rompió una visión de la vida que le impedía adaptarse al mundo moderno individualista y pragmático. Y se dio cuenta que le era más fácil vivir así. Que podía perdonar a su padre y aceptar a sus amigos sin sentirse un traidor, un vendido al sistema.
Esa sería mi reflexión con "Se arrienda".
Pero en esta chica catatónica que me pedía consejos sobre donde prostituirse no vi ninguna metáfora. Aunque me parece evidente ahora verlo todo como una metáfora. Quien sabe.
Tal vez necesitaba dinero para hacerse un aborto. Tal vez era una mujer golpeada por su marido o su novio o su padre. Tal vez en verdad estaba drogada. El caso es que no estaba en condiciones de entregar placer sexual a nadie que no tuviese tendencias sádicas. El caso es que era una criatura que necesitaba a su madre, yo quise hacerle ver que la noche era como una madre y que no se dejara dominar por el miedo. Pero temo que así como yo poco le podía entender a ella, ella no estaba en posición de entenderme tampoco a mí.
Antes de encontrarme a esta chica en la micro pensaba que yo no era más que un periodista desempleado y patético en camino inexorable de la bancarrota y el onanismo crónico.
Cuando se bajó y la micro siguió su rumbo me di cuenta que mi posición era envidiable. Porque yo no le tengo miedo a la noche, ni a la gente, ni a nada en realidad.
Eso no me hizo sentir mejor. No funciona así para mí. El saber que otros sufren no me reconforta.
Pero sí me hizo sentir más fuerte.
4 Comments:
Ya. y fuerte para qué sería?...
GP
No me decepcionas. Aun mantienes luminosidad en tus escritos y trasciende tu humanidad todo lo que plasmas en tu Blog.Te repito, dime cuando sale tu primer libro,sere uno de los primeros en la fila de compra.
BUBCH
Te mando el link para ver el artículo de Lamarca (aquí no se necesita estar suscrito) http://www.usec.cl/noticias/noticia-10.htm
Vale la pena leerlo.
solamente a tí te pasan estas cosas, heavy en realidad, más que vivirlo, heavy lo que queda en tí después
nada que decir
INTRO
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