Escena tercera: Ya no es igual

Lo que dice Natalia Núñez en el Mercurio es cierto, Valdivia sin el Hotel Pedro de Valdivia es como Viña sin el hotel O'Higgins.
Es peor que eso, si no hay más que un peladero ahí. La postal típica de la ciudad, arruinada. Hay un cartel que anuncia que (en un futuro pluscuamperfecto) se construirá ahí un casino. Pero es que vamos, que sentido tiene derribar un edificio emblemático si no es para reemplazarlo enseguida?, ahora lo que hay es nada, y es una nada triste.

Mi prima dice "no es para tanto, si era un cubo feo". Ok, bueno, tal vez sea cierto. Pero igual.

La manía de botar edificios. Le digo a Ernesto en el Café Hausmann, nuestras ciudades parece que hubieran sido bombardeadas y no lo han sido. El me dice que no me olvide del '73.

No estoy de malhumor, o sí. Con mi prima y su novio nos dimos un banquete de carne a la parrilla y navajuelas y cerveza tras cerveza, con Sexual Democracia de fondo. Me acaricio la panza y sonrío feliz como Garfield.

Pero luego parto al mall y me encuentro con Gregorio (me encuentro con demasiada gente en esta ciudad) y él me hizo ver lo horrible que era el mall y le encontré razón. Me di cuenta que la música es pura basura pop gringa (y ni tan pop, nada que yo sintonizaria en la radio), que el food garden son puras vendedoras de chatarra y que para colmo el sitio esta lleno, porque aca dentro da lo mismo si llueve, se puede taquillar igual.
Yo le dije, ok Gregorio, pero a la ciudad y al festival estas nuevas salas de cine le vienen muy bien.

Error, un mall y una ciudad no se relacionan, uno parasita de la otra, que es distinto. Los malls son sanguijuelas. Resulta que no hay entradas gratis para las funciones del festival en el mall. Igual son baratas, pero ya partimos mal. Mi credencial de prensa tan bonita ("periodista blogger", dice) no me sirve para nada aquí.

Y yo indignado, porque antes de encontrarme a Gregorio les habia comprado a mi prima y su novio entradas para Se Arrienda (pobrecitos ellos, que no tienen credencial de prensa) y ahora que me cae la teja que necesitop comprar una entrada para mí, me dicen que estan agotadas.

No es justo.

Compro pues una entrada para "Cachorro" y pongo cara de ídem.

Son malas noticias los malls, son sanguijuelas, lo repito. Maldita homogeneidad, adentro te olvidas de donde estás, y eso en Valdivia es un delito. Qué les cuesta habilitar un patio de comidas con productos de la zona, integrarse con la arquitectura local, le hago ver a Gregorio que aquí en plena selva austral, el mall no tiene ni un solo árbol alrededor. Y esa es la tónica. Negar tu identidad. Los marcianos llegaron ya, y llegaron instalando malls.

Todo mall.

Eran buenos los Sexual democracia, los Prisioneros de Valdivia. Sus canciones son tan actuales, forman parte ya de nuestro folclor nacional. Qué fue de ellos, alguien sabe? Poli, tú que estás tan a caballo del rock nacional, sabes algo? Un beso grandote a la hermosa Agustina.

Creo que si algún Valdiviano lee esto se pone a llorar conmigo. Cambia, todo cambia. Y a nadie le preguntan. En Valdivia ya se sabe que Frei y Allamand serán los nuevos senadores. La democracia nunca importó menos.

P.D.: No traje camara. Odienme sin medida ni clemencia, se perdieron las fotos de los lobos marinos magnicidas, de las botellas que nos vaciamos en La Ultima Frontera, y de esa horrenda mole que es el mall.