Gayjobs

Bors, un danés que vive en París a quien acabo de conocers por interners, me dice que hago bien en ir a buscarme una vida en la ciudad del Sena en vez de ir a la del Támesis. A su juicio, Londres es muy fácil.

- And who wants easy? not me. Dice Bors.

Lo dice así como si nada y yo pienso, me estará hueveando. Es lo que pasa con las charlas por messenger, que te pierdes esos leves melindres vocales que delatan a las ironías.

Londres es muy fácil. Ya estaría bueno que pararan de decir eso. Cómo puede ser posible?

Y luego claro, pienso que tal vez tienen razón. Un mercado laboral flexible, una población flotante que inyecta recursos sin parar, pero más que eso, mucho más relevante que eso. El que haya gente dispuesta a trabajar en lo que sea.

Si, visto así, tal vez Santiago también es fácil. Yo podría haberme ofrecido para trabajar como cajero en la panadería del frente, la otra vez cuando tenían puesto un aviso de "se necesita cajero". Con lo que ganara podría quizás arrendar una pieza en el block de la población acá cerca. O sea, vamos, tanto caldo de cabeza que uno se hace si la vida es fácil, y está lleno de madres solteras que tiran para arriba y logran comprar incluso pañales.

Pero no estoy dispuesto a trabajar de cajero en la panadería del barrio, como no lo estoy a emplearme de jornalero en las obras del edificio de la esquina. Entre que no estoy dispuesto y entre que sospecho que en verdad se gana un moco.

Recuerdo al primer chico gay que conocí, ñuñoíno, Patricio, en una fiesta de la Blondie. El había solucionado el tema laboral recurriendo a algo que procedo a bautizar como "gayjob".

En ese entonces me impactó que saliera con un hombre mayor. Patricio tenía 17 años y este otro tipo habrá tenido 45 así que lo catalogué en mi insectario personal como pedófilo.

Por qué sales con ese viejo? le pregunté. Patricio me dijo que le gustaba, pero no dejaba de ser cierto que le daba estabilidad, y trabajo. El "pedófilo" tenía una tienda de poleras trasher death metal en el Portal Lyon, y Patricio, que era tan trasher death metal como Andrómeda de los Caballeros del Zodiaco, las vendía part-time.

- y no te imaginas la cantidad de rockeros que me tiran los palos mientras se cambian poleras y me muestran sus tatuajes.

Tan cerrado de mente que es uno, pensar que para insertarse en el mundo laboral es preciso obtener un título en una buena universidad, ser ayudante, hacer una práctica sobresaliente, forjarse un currículum que exhude constancia, responsabilidad y masoquismo, sacar un MBA y comerse a la señora del jefe.

pero ya no, Aleluya!, si Londres es fácil!, tan fácil que ni siquiera es interesante.

Six feet under esta semana. Claire, que estudió Arte, acepta que su madre tiene razón y debe buscarse un trabajo. Así que va a una oficina de empleo....y le consiguen uno!!!!, un empleo de oficina de mierda, que la obliga a usar panties y le deprime, pero le paga!!!! Por qué no podemos tener algo así nosotros acá?

La clave son los gayjobs. Recuerdo que otro Patricio, éste de Maipú. Me dijo una vez cuando yo me estaba lamentando por no tener trabajo que me pusiera mi mejor tenida y fuese a la disco, que muchos amigos suyos habían conseguido trabajo así (si había ironía en este comentario, también se me escapó).

Nunca lo hice. Nunca fui a buscar trabajo a la disco. Todavía me pregunto si habría dado resultado. Es un hecho no obstante que muchos de los empleadores, muchos de los que deciden quien venderá en Zara o cortará el pasto en el club de golf son gays, y deseosos de dar oportunidades a jóvenes entusiastas.

Juventud, al final se trata de eso. La juventud te dice que está bien vivir en un húmedo sucucho londinense si eso significa que puedes ir al club de moda donde se presenta la banda del momento. Los jóvenes están dispuestos a sacrificar comodidad, y la gente en general prefiere relacionarse con jóvenes. Jóvenes en las librerías, en las tiendas de ropa, vendiendo boletos de metro, entregando folletos en la calle. Si, jóvenes, jóvenes, la constante londinense.

No me debería sorprender que la gente diga que Londres es fácil. Debería sorprenderme por haber pasado 2 años pensando que las lagunas en mi currículum me hacían nulo. Y que jamás podría soñar con tener un auto, zapatillas caras, o un I-pod, las delicias varias del consumismo. O más simple, las delicias de la autonomía.

Así que me tengo que conseguir un gayjob. La pregunta es cómo. Y después vendrán multitud de otras preguntas, seguro, pero de a poco, de a poco. El error estaba en querer solucionar el problema con el control remoto. El error estaba en querer matar a las moscas de la insectidumbre con insecticida.

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Bienvenida la realidad!, mi hermano llegó temprano del colegio, dice que se van a paro indefinido, paro apoyado por los profesores, el director del colegio y hasta el alcalde, lo mismo que en el resto del país. Ese es mi Chile, mierda!, basta de oir sin chistar a Bachelet como anuncia "la prioridad de la educación en mi gobierno se centrará en las salas cuna" (qué es eso sino lavarse las manos?). Basta ya que todos los políticos y empresarios tengan a sus hijos en colegios privados. Basta ya de menos ramos y más horas de clase, de gastar tercero y cuarto medio en preparar una sola prueba. Basta de trabajo no pagado de los estudiantes de liceos técnicos. Basta de mierda. Quizás no sepamos cómo, pero al menos ahora se sabe que nos importa.