Mística de la Izquierda

De qué son esas banderas?, le pregunto a mi viejo y le señalo una docena de telas rojas, con un círculo verde al medio y una estrella roja al centro. Tienen un aire a bandera del Vietcong. Según mi papá, son banderas del MIR. Será un rediseño.

Son muchas las banderas y desde atrás se escucha un grito atronador "¡Que bajen las banderas!", dicen. Y es que del escenario no se alcanza a ver nada.

Tampoco se escucha bien. Ismael Serrano entona dos canciones, alcanzo a distinguir por un par de frases que se trata de "Sucede que a veces" y "Papá cuentame otra vez". El cancionero fogatero izquierdista que se renueva. Pero no se oye. La pantalla está muy baja, deberían haberla puesto más arriba. Me paro encima de un resalto y estiro el cogote, el escenario no está bajo la pantalla como suponía, el escenario está más allá. Para que se hagan una idea, yo estoy con mis hermanos y mi padre debajo del Cristo Redentor de la Universidad Católica y el escenario, calculo, debe estar a un costado del Diego Portales, tal vez en el parque San Borja, a unos 300 metros.

Qué hago aquí?, me pregunto. Sucede que me gusta la muchedumbre. Y que mi hermano se aburre mucho en casa, no tiene amigos, y me pareció que sería un buen cambio llevarlo a un concierto gratuito y multitudinario. Nos bajamos en el metro Santa Lucía y en Lira nos encontramos con nuestra hermana que salía del trabajo en el Banco. Cantaba Javiera Parra y después Saiko. Es decir, Denisse Malebrán cantando casi a capela "Lo que mereces".

Mis ilustres lectores extranjeros necesitan una explicación. Saiko apoyó la candidatura de Michelle Bachelet con actuaciones en regiones, y días antes de la primera vuelta, el bus que los llevaba chocó. Ahí murieron unos cuantos, entre ellos el sonidista de la banda y varios músicos quedaron con heridas graves y un pronóstico de meses en tratamiento. Por eso resulta muy especial tener a la vocalista cantando aquí, tiene una bonita voz, aunque de nuevo, no se escucha casi.

Dijo el mal pensado: "No se preocuparon de tener buenos parlantes porque así le echan la culpa a las fallas técnicas y no queda en evidencia que Bachelet no es una buena oradora".

Dijo el mal pensado: "Hay mucha gente acá, pero faltan minos, seguro que debe haber mucho hueveo en un cierre de campaña de la Derecha"

El segundo mal pensado se desdice más tarde al ver en las noticias el acto final de Piñera en Valparaíso, donde incluso Longueira admite a canal 13 que el show estuvo malo. Por lo demás, Bachelet atrae a muchos turistas, (hay unas mochileras francesas que causan sensación), y en general da gusto ver en la multitud a todo tipo de personas, ancianos y niños, ciclistas furiosos y una mujer calva en silla de ruedas, dirigentes socialistas de la Whiskie Izquierda con toda su prole comprando chapitas de Michelle Presidente.

El ánimo es optimista, dice mi padre que la mejor señal es el titular de La Segunda, sobre la libertad de Ali Agca. "En cambio los resultados de la encuesta Mori, que le dan 5 puntos de ventaja a Bachelet, aparecenen un recuadro chiquitito".

El olor a fritura a ratos se hace insoportable mientras las banderas le pasan a uno por la cabeza y el vendedor de bebidas heladas que alza la voz para ofertar su producto y se encuentra con un masivo shhhhhhhhh, que lo hace callar. Vamos, que el escenario está a la chucha, los parlantes son un chiste, por lo menos que la gente se quede callada para escuchar algo que sea. Ismael Serrano termina su actuación y todos aplauden. Por fin terminó, tal vez el siguiente si tenga voz de estadio, digo, de Alameda.

La siguiente es Ana Belén, que canta un tema popular chileno sobre Manuel Rodríguez, que yo conocería si mi familia hubiera sido de izquierda y no Demócratacristiana.

Mi hermano, mi hermano a los 8 era lavinista. Pero más por un tema de presión social y vulnerabilidad a la propaganda. En su colegio público (pero de Las Condes), le han enseñado que el comunismo ha sido el peor sistema político de la historia, y en su curso casi todos son de derecha. El otro día me contó escandalizado que había visto la sinopsis de una película gringa sobre la revolución rusa (se trataba de "Reds" con Warren Beatty), absolutamente consternado porque Estados Unidos hiciera una película positiva sobre esos comunistas comeguaguas.

Mi hermano en todo caso lo está pasando bien. Es eso o se está imaginado que está en una versión más del Doom y tiene una pistola con la cual matar a todos los comunistas estos (I hope not).

Entre las canciones de los artistas invitados se escuchan gritos sin problemas de amplificación. "Ya van a ver, ya van ver, cuando las mujeres tengamos el poder", (y yo juraría que vi a varios hombres gritar ese). Eché de menos uno que me parecía cantado "Con Michelle Bachelet, le damos tapita a Pinochet".

Tras Victor Manuel que canta "Mujer de Calama" y la gritería que hace evidente imaginar a Miguel Bosé sobre el lejano escenario (cantando "Te amaré"), anuncian que vamos a cantar el himno nacional, PuroChileestucieloazulado.

Al fin una canción que me sé, se escucha por ahí. La gente vocaliza y escupe al suelo. Yo digo, que lata, si al menos fuera una versión reggae del himno!

Y era una versión, me yergo para distinguir quien canta, podría ser Anita Tijoux, de Makiza. Es una versión melódica y sentida. Lástima que la muchedumbre de chilenos petisos que no alcanzan a ver se han puesto a cantar por su cuenta, a un tiempo distinto. Repitiendo la canción como la aprendieron el el colegio, bien rápido para salir del cacho, y bien fuerte para hacer chacota. Yo les digo que se callen, que escuchen a la cantante, pero nadie me hace caso, sólo una señora atrás mío que se ríe con hipo. Y entonces otro grupo empieza a cantar el Himno Nacional a destiempo, y otro más, y ya son como 5 versiones que se acoplan y la cosa es para la risa, así que empiezo yo mismo a cantar el coro a destiempo y lo que hay es un guirigay absoluto. Seguramente la versión de Anita estaba rebonita y la ensayó mucho. Pero esta versión Remix Muchedumbre Desafinada y a Destiempo igual tiene su gracia, porque el chiste se entiende, y estamos ya todos riéndonos con el himno nacional, pero no hay ningún profesor que alce la voz y nos mande a la oficina del Director. El himno popular termina y el himno versión artística termina después. Nunca el desorden sirvió para coordinar tanto el estado de ánimo de toda la gente.

El discurso, como todos los discursos. Mucho 'Girl Power' que sacaba aplausos, "Voy a ser la primera Presidenta de Chile!", (para un país de malos oradores, Michelle no desentona), "que los pobres no estén condenados a ser pobres", "que los colegios públicos sean tan buenos como los privados", "que el crecimiento y desarrollo sea para todos", "que las pensiones sean dignas", "que mujeres y hombres reciban el mismo sueldo" (aplausos) "que los niños hablen idiomas", "palabra de mujer". Sólo le faltó prometer que Chile califique para el mundial del 2010.

Igual voto por la Michelle, porque tiene el Senado a su favor y eso ya hará una gran diferencia con los otros tres gobiernos de la Concertación. Y si no lo hacen suficientemente bien, que venga la Derecha. Hay muchas poleras que dicen "Prohibido virar a la derecha", pero pocas que digan "Prohibido prohibir".

Y es claro que gana la Michelle este domingo, el acto tuvo una convocatoria enorme (200mil contra los 10mil que llegaron al acto de Piñera). Y se sintió que la mística de la izquierda le daba a Bachelet su bendición. Me pregunto cuál sería la mística de la derecha, no la hay, no todavía.

Nos devolvemos por la Alameda caminando hasta La Moneda, vamos a la oficina de mi viejo a buscar el auto. Algunas micros tocan la bocina en animo de celebración, algo de por sí bastante insólito. Se hacen gritos contra el candidato opositor. "Piñera, entiende, el pueblo no se vende","Piñera, escucha, ándate a la chucha". Le comento a mi hermana que ese "chucha" estaba muy bien pronunciado, very typical, y tratamos de imitar esa misma entonación popular, con esas Chhh que parecen de serrucho, pero no es fácil. La señora que hizo el grito se da vuelta nos mira y se caga de la risa.

Y entonces aparece una viejita delgada, caminando en sentido contrario a la masa, sonriendo y bailando, con una banderita de quinientos pesos. La gente la aplaude y la celebra. Pienso en la libertad guiando al pueblo, de Delacroix, pero doscientos años más tarde. Caminando contra la corriente, con artritis, osteoporosis y placa dental, se la ve más feliz que nunca.