Villanos invitados
Desde que regresé de Europa comparto habitación con mi hermano de 12. Después de compartir pieza y lecho con tantos prójimos, no me ha molestado tanto el nuevo status quo, además es justo, mi pobre hermano menor llevaba 12 años en la misma pieza con mis padres, cosa que los tuvo a estos al borde de la separación (ahora que recuperaron privacidad parecen adolescentes), mientras hermano crecía más neurótico que Melvin Udall.
Quien no tiene privacidad ahora soy yo, pero al menos ostento poder de veto sobre lo que vemos en TV. Ayer le prometí una película buena y cumplí, vimos "The emperor's new clothes", sobre Napoleón, que escapa de Santa Helena con ayuda de un doble pero cuando llega a Francia ya nadie le compra que es él el emperador. Y es que ya nadie estaba para trotes imperialistas tras años y años de guerras tampoco, a Napoleón lo acoge una viuda guapa que sospecha que él está loco, pero se lo perdona considerando la escasez general de hombres disponibles.
Mi hermano y sus preguntas: Napoleón era bueno o malo?
Esa manía maniquea infantil. No tiene caso que le haya repetido mil veces que las personas nunca son 100% buenas o malas, que existen las motivaciones, las condicionantes del medio y la mala fama. Es más simple pensar en blanco y negro. Claro que lo es, y antes que empecemos a hablar de Hitler, Stalin y Pinochet, a quienes resulta más dificil humanizar, pero es necesario hacerlo, le digo que cierre el hocico y veamos la película.
El mal, el mal es un tema fascinante. Y ahora que estoy estudiando Historia de Chile (acabo de leer la que escribió Armado de Ramón, el difunto papá de la novia de la jueza Atala) resulta demasiado tentador analizarla desde la perspectiva de en qué momentos el diablo metió su cola y consecuencia de eso se fue todo a la cresta.
De hecho, encontré un villano. Un villano que parece malo que da gusto, que se merecería un artículo en la Historia de la Infamia del The Clinic. Si acaso ya apareció ahí, que alguien me diga en cual número.
El Villano se llama Emilio Körner. Esta es su mejor foto:
Qué es primero, el villano o el superhéroe?, cuál de los dos tiene el mejor disfraz? Cuál tiene la identidad más oculta?
Partiré por simplificar la cuestión, pintar el escenario con trazos ágiles. Estamos a fines del siglo XIX y Chile es una democracia consolidada, excepción absoluta a nivel regional, protopotencia. En una guerra con los vecinos del norte acabamos de conquistar el monopolio mundial del salitre, controlamos el Canal de Magallanes y somos los principales proveedores de la fiebre de oro en California. Se acaba de votar la separación de la Iglesia y el Estado, la Araucanía ha sido pacificada y el sur empieza a ser poblado por alemanes industriosos.
Al mando de la nación, José Manuel Balmaceda, quien tiene cojones y está dispuesto a dar los pasos necesarios para consolidar el futuro esplendor de nuestra república austral. Partiendo por nacionalizar el salitre que está en manos de empresas inglesas y alemanas.
Siempre me ha parecido que entre Balmaceda y Allende hay más coincidencias que esas famosas que se supone unen a Kennedy con Lincoln.
Pero no voy a hablar de Balmaceda. Y menos de Allende.
Se supone que nuestro país las tenía todas consigo en esos años. Y luego estalló la guerra civil, el presidente se suicidó, una oligarquía ociosa se apoderó de las instituciones y vendió el país al capital extranjero. La Belle Epoque chilena se despilfarró en París, y aún así sobró dinero para construir la Biblioteca Nacional y el Palacio de Bellas Artes, pero eso eran migajas de una riqueza que en serio, se derrochó en el casino de Montecarlo.
Quién fue Emilio Körner y por qué estoy dispuesto a culparlo de todo esto?
Emilo Körner era un militar prusiano, sin pitutos en la corte del Kaiser, había llegado a un punto de su carrera en donde le resultaba muy dificil ascender más, estaba estancado.
Chile venía de ganar una guerra, pero su ejército necesitaba modernizarse. Prusia era la nueva potencia europea después de derrotar a Francia en la guerra de 1870. Prusia la llevaba, y Chile contrató a Körner.
Körner llegó a Chile a criticarlo todo. El ejército chileno muy victorioso sería pero para Emilio daba lástima. Había que agrandarlo, instaurar un servicio militar obligatorio para todos los varones, comprar armas nuevas, uniformes nuevos, cascos en punta . Körner sabía lo que hacía, tenía un convenio con la empresa armamentista de la familia Krupp, y por cada venta él recibía una comisión. Krupp fue la gran beneficiada de la carrera armamentista de esos años, y una de las mayores promotoras de las dos guerras mundiales. Matthias Krupp fue juzgado en Nuremberg.
El caso es que Balmaceda quería subirle el impuesto a las empresas extranjeras que se beneficiaban del salitre chileno, empresas inglesas y alemanas que tenían fuertes lazos con la aristocracia terrateniente, algo de plata corrió por debajo y el Congreso se rebeló contra el Presidente. La marina, sobornada por los ingleses, apoyó al Congreso. El Ejército era fiel a Balmaceda, pero Körner hizo sus cálculos y se alzó con una facción rebelde.
Estalló la guerra civil, que la ganaron los malos, y Bang!, los sesos de José Manuel quedaron desparramados en un salón de la embajada argentina, donde había pedido asilo.
El traidor de Körner en cambio fue ascendido a coronel, logró sus planes, el estado de Chile encargó a Krupp una fortuna en uniformes, cañones y municiones. Tal vez hicieron canje con el salitre, que en el colegio nos dicen que era abono, pero lo cierto es que era más cotizado por ser materia prima para la pólvora. Körner regresó millonario a disfrutar de un acomodado retiro en Prusia. Königsberg?
Chile quedó con un ejército enorme y un país dividido, tarde ya para defender la Patagonia, que habíamos regalado a Argentina en tiempos de la Guerra del Pacífico. Chile quedó con un ejército reluciente y ocioso que los gobiernos oligárquicos se morían de ganas de poner a prueba, y eso hicieron, mandando a estrenar las nuevas armas y las nuevas técnicas de guerra, y los nuevos soldados curtidos en severísima instrucción nada menos que contra las asociaciones de obreros que empezaban ya sus primeras huelgas en el norte minero. De ahí la matanza de Santa María. Qué necesidad de escuchar a los huelguistas?, si servían de diana.
Las huellas del tremendo negocio que hizo Krupp en Chile se pueden rastrear por todo el siglo XX. El salitre chileno abona ahora los campos de Verdún y del Somme. Y yo en serio quería escribir de esto. Porque no encontré más literatura sobre el tema, sólo este artículo del historiador norteamericano William Sater, donde señala que en 1920 y pese a toda su modernización Chile tenía un ejército mastodóntico pero incompetente.
Era malo acaso Emilio Körner?
No, tal vez no era más que un industrioso alemán haciendo su trabajo de vendedor de armas de la mejor manera, para asegurarle el bienestar a su familia.
Y pienso que la señal del mal está marcada por el egoísmo, por nunca pensar en el bien común, por la ausencia de nobleza en el actuar, y no es un pensamiento que me de tranquilidad en tiempos como los que nos toca vivir, mis estimad@s.
5 Comments:
Buena punterìa...
Sorprendentemente buena, por las implicancias en el mundo laboral, militar, social ...y sobretodo por los paralelismos con el presente.
No olvidemos -eso sí- que los mandatarios, incluso los tiranos, representan en algún grado lo que la sociedad lleva dentro; en las conciencias, costumbres, anhelos...
el bien común y el egoismo.A los gobiernos les toca preocuparse del bien comun y a los demás actuar como egoistas, pero respetando las reglas. Pero los gobernantes a veces se olvidan del bien comun y buscan el enriquecimiento personal, de la misma forma que a veces los privados menos egoistas se preocupan del bien comun y hacen de grandes cosas con su riqueza. A las sociedades que tienen menos gobernantes corruptos y mas filántrops en el sector privado como que les va mejor.
Buen análisis de las implicancias que ha tenido el manejo de las organizaciones militares del país por parte de extranjeros; en cierta medida ello ha generado una serie de aciertos y desaciertos, pero ante todo me gustó el enfoque que diste al tema del egoísmo... por egoísmo se han producido las guerras, por la incapacidad de los gobernantes de pensar en el bien común y mantenerse en una posición intransable a efectos de ser recordados como hombres no influenciables y fuertes.
Una pregunta para análisis: ¿la fortaleza y la irracionalidad van de la mano para gobernar?...
Saludos.
me confirmaste que todo se repite y que la historia es círcular cíclica y que no muere como dijo un japonés.
bear hug,
Si el problema no está en el gordo prusiano. Está en que lo dejaran hacer tanta wea.
En este momento estoy apagado para el debate o la opinión. Muy apagado.
Te mandaste un buen tema de nuevo.
Parece que Prusia te persigue. Ta weno ya po...dale con el libro.
Saludos!
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